La Senda de las Agüeras está situada en el extremo Oeste de Cantabria, junto al desfiladero de la Hermida. Esta corta senda discurre por dos desfiladeros muy sencillos de realizar, pasando por una esbelta cascada y enlazando con los pueblos de Cicera, Piñeres y Navedo.
 
-Distancia realizada: 9,9km
-Desnivel positivo acumulado: 625m
-Itinerario: Circular
-Dificultad: Fácil, aunque la senda presenta zonas de señalización confusa o falta de la misma
-Plano: 0056-4
-Duración: 4 horas y 20 minutos parando para comer
-Fecha realización:  Noviembre del 2015
-Track en Wikiloc: TRACK
 
Antes de comenzar con la explicación de la ruta quisiera detallar unos datos de interés: La ruta en sí es fácil pero en alguna ocasión puede dar confusión por falta se señalización en algún tramo (para el que tenga experiencia no tendrá problemas). También he de mencionar que el punto de inicio y final de la ruta coinciden con el inicio de los desfiladeros que parten desde la misma N-621, estando estos dos puntos separados por dos escasos kilómetros que hay que realizar por la propia carretera.
 
Comenzamos en la "Casa del Pescador", que está en el punto kilométrico 159,5 de la N-621, donde hay una pequeña zona para aparcar. En el lado opuesto de la carretera, a unos pocos metros se ve el primer desfiladero que une el Rio Deva con la población de Cicera.
 
En el inicio de este desfiladero nos encontramos con el cartel informativo de la ruta a realizar.
 
Y sin más preámbulo seguimos su senda que discurre paralelo al Arroyo de Cicera hasta alcanzar el pueblo de homónimo nombre.
 
El inicio de la senda, va pegada al arroyo, dejándonos apreciar zonas de saltos de aguas como esta.
 
Al poco tiempo va cogiendo altura.
 
La senda no presenta ninguna complicación y el pequeño esfuerzo de subida es muy llevadero.
 
Poco a poco la senda se adentra en un tímido bosque.
 
Y cuando la senda empieza a llanear se observa el pueblo de Cicera, que hay que atravesar.
 
 A la entrada de Cicera hay un cartel que nos indica la dirección a seguir
 
Hay que ir hasta la iglesia y ahí girar a la izquierda, pero nosotros antes de eso nos dimos un pequeño paseo por el pueblo, pues tiene un encanto especial.
 
Después de girar en la Iglesia del Carmen (en el pueblo), seguimos una pista que más tarde se convertirá en una senda ganadera que nos conducirá hasta la Ermita de Santa Catalina. En algún tramo la senda está acotada por vallado de ganado. Para evitar este tramo, se puede ir por la carretera que une el pueblo de Cicera con el de Piñeres, pasando junto a la ermita antes de entrar en el pueblo.
 
Esta es la Ermita de Santa Catalina. Al fondo está el Monte de Santa Catalina, al que se puede subir por amplia pista.
 
Y en el otro extremo está la población de Piñeres al que se puede ir en escasos cinco minutos.
 
En la propia ermita es donde hay un punto confuso de ruta a seguir...lo que hay que hacer es ir directos al Arroyo que separa Piñeres del Monte de Santa Catalina, por la pradería.
 
No hay senda hasta encontrarnos con este cartel junto a un muro de piedras.
 
A partir de aquí solo hay que seguir la amplia senda, pero en algún tramo nos encontraremos con alguna bifurcación no señalizada, más que por unos jitos.
 
Durante este tramo de la ruta, la senda discurre por un tupido bosque con arboles que parecen ser sacados de una película de miedo.
 
 
Llegado al punto del cruce señalizado de Navedo, Desfiladero y Cicera, tomamos la dirección del desfiladero. 
 
Rápidamente la senda nos introduce en el segundo desfiladero del día, donde habrá que descender por su amplia senda que terminará en la carretera de la N-621
 
En el descenso pasamos por la cascada cuyo nombre desconozco, pero es digna de ser vista y contemplar.
 
Bajo ella hay una poza a la que apetecería meterse si no estuviéramos en estas fechas otoñales
 
Después de detenernos un rato en la cascada proseguimos la senda por el desfiladero. Poco antes de llegar a la carretera se puede acceder a un viejo refugio incrustado bajo las rocas.
 
Alcanzada la carretera se acaba la senda y toca proseguir por la propia carretera que va paralela al Rio Deva para llegar al punto de inicio. Nosotros, como llevamos una rapacina con nosotros, optamos por ir dos por el coche mientras las muyeres nos esperaban en el final del desfiladero para recogerlas en el regreso, pues esta carretera no tiene margen para caminar y es muy transitada por los vehículos.